domingo, 5 de abril de 2015

#1 Recuerdos de lo no vivido.

Teníamos la mesa llena de botellines vacíos de cerveza, y lo único que se oía en el salón eran apuestas sobre quién iba a pillar antes. Sonreía y me terminaba mi cerveza, era la rutina de los sábados, ir a casa de Alberto, empezar a beber y salir. "Bueno, ¿qué? Vámonos de una puta vez" dijo alguien, y todos nos levantamos para coger un taxi y salir de bares. Al llegar los más borrachos empezaron a hacer el imbécil, sonreían con cara de pervertidos a niñatas y se llevaron algún tortazo. Todos mis amigos iban bastante pedo, así que me fui solo al bar en el que trabaja un antiguo compañero de clase, a ver que me contaba. Me senté en la barra y estuvimos un rato de risas.
Había mucho niñato en el bar, supongo que era de los mas mayores del local. Las niñas me miraban y me sonreían seductoras, me descojonaba.
Estuve analizando el ambiente y vi a una chica que se intentaba quitar de encima a un pesado que la agarraba con todas sus fuerzas. La pava llevaba un vestidito amarillo que le quedaba de lujo, y era bastante guapa, parecía más mayor que cualquiera de sus amigas. Le busqué la mirada y le guiñé un ojo. Me sonrió y fui a ayudarla, me hice pasar pos su novio y el tío que la agarraba huyó en cuanto me vio.
La chica estaba buenísima y no hacía más que tirarme fichas. Me dijo lo de "he perdido a mis amigas" y la acompañé a casa. Me dio su número, me dijo que se llamaba Laura y que tenía 23.
A la mañana siguiente me había mandado un petición a Instagram. Me hizo mucha gracia, tenia puesto en biografía su año de nacimiento y en realidad tiene 18 añitos. Aunque es demasiado pequeña me pareció una buena chica, no sé, alomejor le mando un whatsapp, o no, ya veré.

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