domingo, 16 de noviembre de 2014

Hoy te escribo,

porque pienso en aquello. Porque ya no beso como antes, porque estoy triste, porque hoy es domingo y de todos es sabido que son nostálgicos por naturaleza.
¿Qué tal todo? ¿Cómo te va? Sé que bien, que eres feliz. Y me alegro mucho por ti y por los tuyos.
Yo estoy bien, no me quejo. Tengo todo lo que me hace falta y por ahora todo me va muy bien. Pero no consigo desprenderme de esta penita que me da recordarte.
Y es que desde entonces ya no siento como sentía, ni quiero lo que antes quería. Tú eres los olores de la calle, los sabores más dulces, la llovizna de otoño. Eres lo que me quedó cuando me rompiste los esquemas.
Daría muchas cosas por volver a verte, pero tampoco pienses mal. Ya no te echo de menos a ti, sino a mi cuando estaba contigo.
Espero que te llegue esta carta, ¿me escribirás de vuelta? ¿Pensarás en lo que podíamos haber sido los domingos?
Te quise,
María.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Quiero ser el verso más largo de la novela más corta.

Y le dejó.

Como si fuera un desconocido en la parada del autobús, o un mendigo, al que se ignora mientras pide para comer. Le dejó sin palabras, sin motivos, sin ganas. Sin explicaciones, sin excusas, sin arrepentimiento. Prefirió tristes tardes de invierno a una relación rota.
El viaje más bonito que hizo fue en su boca.

viernes, 31 de octubre de 2014

Echo de menos.

Echo de menos tantas cosas. La brisa, el mar y el sol. Las noches de verano y los cruzes de miradas en los bares repletos de gente. Echo de menos besos, y digo besos, no besar. Y palabras, o silencios en los que las palabras bastaban. Noches de no dormir y de soñar. Echo de menos caras, personas y momentos. Pero también siento que  echo de menos cosas que nunca he tenido. Las caricias de gente que todavía no conozco, viajar por el mundo. Quieró más. Más de todo. De ti y de todos. De mi y de todo.

sábado, 18 de octubre de 2014

Miradas

de esas que parece que duran minutos. De esas con las que dices todo lo que no se puede explicar con palabras. De esas con las que ves por dentro.

Sus ojos brillaban

como  dos faros. "Soy guapa", se decía frente al espejo. Y de verdad que lo era. "Soy preciosa". Y de verdad que lo era. Qué bonita estaba cuando se quitaba el maquillaje, los tacones, y la falda de tubo.

Estaba tan sola,

que no se tenía ni a ella.

viernes, 17 de octubre de 2014

Había besado a muchas,

a tantas que ya no recordaba nombres ni caras. Besó labios finos y gruesos, bocas grandes y pequeñas. Con los ojos abiertos o cerrados. Agarrando de la cintura o sujetando sus cabezas, llevándolas hacía él. Pero aquella vez fue distinta. No notó sus labios, No supo si estuvo con los ojos cerrados o mirándola. No recordaba dónde puso las manos. Recordó su nombre y su cara, porque aquella vez se besaron sus almas.

lunes, 13 de octubre de 2014