Si no sabes qué buscas, quizás ya hayas encontrado.
Si todavía lo piensas, no lo has solucionado.
Si te sigue doliendo, aún no ha acabado.
Digo yo que algo sabré, pensaré y sufriré.
Digo yo que ya se pasará.
Digo yo.
Maldita rutina que nos vuelve impasibles.
El caso es que sigo buscando lo que no sé explicar, aún pensando en un futuro incierto, atormentándome de mis malas experiencias.
Sintiendo esa sensación de soledad rodeada de mundo.
Puede que el peso del que me quiero liberar me esté aplastando más de lo que yo creo.
A quien debo aconsejar es a mí misma.
Que tus problemas comparados a los del resto sean simples no dejan de hacerlos tuyos.
