viernes, 4 de diciembre de 2015

Besos

Te he escrito un par de versos en una carta y los he quemado. Los versos más bonitos que había escrito nunca. Versos de sentirte.
He visto como el papel manchado se consumía en cenizas que flotaban por el aire.
Antes no quemaba mis versos, antes ellos te quemaban a ti.
Escríbeme tú, vérsame otra vez.
Verso a verso me versabas y me fundía en tu boca. Quiero versos de los que dejaban sin aliento.
Nadie me ha dado versos como los tuyos. Nadie me versó así, a nadie versé así.
Cada palabra de tus versos era dulce y me atrapaba entre tus brazos.
Ojalá volver a versarte, ojalá un milímetro de distancia entre nuestros labios llenos de versos, que se versan, y se bersan, y se besan. Y así besarte a palabras. Y así besarte en versos.

domingo, 29 de noviembre de 2015

No te encuentro.

No te encuentro, ¿dónde estás?
Ignoro cuando comencé a buscarte
desde cuando busco tus pasos, en los cruces, en los vasos,
en sonrisas cómplices de artificial educación,
No te encuentro, ¿dónde estás?
Me dijeron que vendrías pronto, que eras puntual,
pero llevo esperando demasiado
y me enfado, y te espero, y me canso.
No te encuentro, ¿dónde estás?
Mientras lloro y río, te quito importancia,
te la vuelvo a poner,
Imagino dos sombras cruzadas en el asfalto.
No te encuentro, ¿donde estas?
Búscame tú
que te indico mi camino,
el tuyo esta lleno de baches.
No te encuentro, ¿dónde estás? Qué bien te escondes. Qué mal te busco.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Sed.

Tengo un vaso enfrente y hay quien dice que está medio lleno. Otros dicen que está medio vacío. Yo dudo de cómo de cristalina es el agua que contiene, porque no veo nada.
Me atrevería a decir que está lleno, parece que una gota más lo va a desbordar. A través de el se ve borroso, difumina, emborrona.
Tengo sed, me voy a dejar de tanta gilipollez y le voy a dar un trago.
Lo he cogido y estaba vacío. No había nada dentro de el mas que aire. Lo he mirado fijamente y esa era la razón de porqué no veía nada, no hay nada.
¿Es un vaso vacío o el reflejo en un espejo?

martes, 28 de julio de 2015

Sin novedades.

No es novedad que escriba cosas tristes. No es novedad que escriba cuando estoy "depre", cuando me pongo sentimental y filosófica, cuando me da por pensar lo pequeños que somos por dentro. Todos somos inseguros, ¿no? A veces. No somos guapos, listos, graciosos, o yo que sé. O alomejor si que lo somos pero nos da por no sentirnos bien con nosotros mismos. Siempre habrá alguien mejor, que nos demuestre que no somos perfectos. Y entonces pensamos: puedo dar más de mí, puedo esforzarme más, pero no lo hago. ¿Por qué? No estoy segura. No es novedad.

viernes, 29 de mayo de 2015

Domingo.

El domingo no es un día de la semana, es un estado de ánimo. Es la sensación de vacío que llena el cuerpo y da frío, que te hace recordar lo que fuiste y ahora eres, el momento en el que te arrepientes de aquello que hiciste y de lo que no hiciste por miedo o por no luchar.
Te cuestionas qué rumbo lleva tu vida, si te gusta el camino o si estás esperando la primera rotonda para cambiar de dirección. Día de introspección y de autocrítica. Deprimente, triste, tenue. 
Hoy es domingo.

El instituto deja huella.

El 27 de Mayo los del Pintor nos graduamos y así, terminamos la etapa que ha sido, para mí, la más importante de nuestras vidas hasta ahora.
Una etapa que empezamos hace seis años, entrando por la puerta del instituto con un poco de miedo, con nervios, con muchas ganas y con los primeros granitos de la adolescencia. Éramos niños, despreocupados, irresponsables, inconscientes de lo que ocurría a nuestro alrededor, pero en estos años hemos aprendido mucho, y no solo Historia o Matemáticas, si no que hemos adquirido madurez, disciplina, responsabilidad, valores... Pero además de todo, nos hemos conocido a nosotros mismos a base de todas las experiencias vividas. Ahora sabemos que no todo el mundo es bueno para tí, que no hay que fiarse de cualquiera, que hay que esforzarse por  lo que uno quiere, que nadie nos va a regalar nada o, bueno, que si tienes un examen el lunes es mejor no salir el sábado, y que la puntualidad a las ocho y media para entrar era muy importante...
Cada uno tenemos nuestros recuerdos distintos de esta etapa común, frases que se nos han quedado grabadas, alguna broma que hizo alguien en clase, cosas que nos pasan en los recreos, la primera amonestación, el primer suspenso...
A todos los que me han acompañado: gracias.
Profesores, por su paciencia, por enseñarnos tanto, por echarnos la bronca, por aprobarnos o suspendernos cuando lo merecimos. Nos vieron crecer día a día, como algunos dejaron sus estudios y como otros se esforzaron tanto para llegar hasta aquí. Gracias de todo corazón por apoyarnos, animarnos a seguir, hacer que nos interesaramos en la materia, insistirnos a trabajar cuando hemos tenido alguna temporada perezosa y por demostrarnos lo valioso que es tener una educación y una cultura. Todavía nos quedan años de aprendizaje y sus lecciones no se nos van a olvidar.
Amigos, por estar ahí aunque no tuvierais porqué estarlo. Por aguantar nuestros desahogos, berrinches y llantos. También por hacernos reir, disfrutar con nosotros de estos años de cambios y experiencias nuevas, de darnos vuestra opinión cuando lo necesitábamos y de querer siempre lo mejor para nosotros. Para los adolescentes como nosotros es necesario tener ese apoyo, esa seguridad de no estar solos que vosotros nos dais, gracias.
Tíos, abuelos, hermanos, etc., por preocuparos por nosotros, por darnos la paga cuando estamos de bajón o por vacilarnos en las cenas de navidad. Aunque estemos en un momento en el que no solemos prestar mucha atención a la familia, dejar claro que les queremos mucho y que son muy importantes para nosotros.
Y papá y mamá, ¿Qué decir? Por habernos hecho así. Por criarnos en unos valores, por enseñarnos que está bien y qué esta mal, por echarnos la bronca y por querernos tanto. Son nuestro motor, quienes nos tiran para adelante. Quienes han luchado y apostado siempre por nosotros. A pesar de todas las discusiones, les queremos con toda nuestra alma y sabemos todo lo que dan por nosotros aunque a veces no lo demostremos. Son necesarios para nosotros.
A mis compañeros, con los que con alguno posiblemente no haya hablado nunca, desearos mucha suerte en la vida. Como diria Lola Flores, ojalá que os vaya bonito. Puede que no hayaís acabado el instituto, que tengáis que recuperar o que la nota no os llega para hacer la carrera que quereís. También puede que la nota os de de sobra o que os podais permitir ir a una universidad privada. Sea como sea, que sepaís que a partir de ahora teneís que ser muy felices. Ojalá encontréis todos vuestro camino y viváis toda vuestra vida haciendo algo que os gusta. Ojalá no os equivoqueis con las elecciones que tenemos que tomar dentro de poquito y ojalá que si lo haceís, no tengais miedo a volver atrás y empezar de cero. Ojalá que todos disfruteis de los próximos años como hemos hecho hasta ahora en el IES Pintor Luis Saez. Os deseos lo mejor. Sé que podéis llegar muy lejos y os animo a arriesgaros por vuestros sueños. Gracias por haber hecho de estos años momentos inolvidables.
Voy a echar mucho de menos los pasillos, las clases, todas las caras a las 8 y media de la mañana, incluso jefatura, las séptimas y el frío de los recreos en invierno. Pero sé que llega una nueva etapa llena de otros miles de momentos que recordaré siempre, que ahora nos toca terminar el proyecto de adulto que somos. Van a ser unos muy buenos años, os lo prometo. A ser felices.

domingo, 5 de abril de 2015

#1 Recuerdos de lo no vivido.

Teníamos la mesa llena de botellines vacíos de cerveza, y lo único que se oía en el salón eran apuestas sobre quién iba a pillar antes. Sonreía y me terminaba mi cerveza, era la rutina de los sábados, ir a casa de Alberto, empezar a beber y salir. "Bueno, ¿qué? Vámonos de una puta vez" dijo alguien, y todos nos levantamos para coger un taxi y salir de bares. Al llegar los más borrachos empezaron a hacer el imbécil, sonreían con cara de pervertidos a niñatas y se llevaron algún tortazo. Todos mis amigos iban bastante pedo, así que me fui solo al bar en el que trabaja un antiguo compañero de clase, a ver que me contaba. Me senté en la barra y estuvimos un rato de risas.
Había mucho niñato en el bar, supongo que era de los mas mayores del local. Las niñas me miraban y me sonreían seductoras, me descojonaba.
Estuve analizando el ambiente y vi a una chica que se intentaba quitar de encima a un pesado que la agarraba con todas sus fuerzas. La pava llevaba un vestidito amarillo que le quedaba de lujo, y era bastante guapa, parecía más mayor que cualquiera de sus amigas. Le busqué la mirada y le guiñé un ojo. Me sonrió y fui a ayudarla, me hice pasar pos su novio y el tío que la agarraba huyó en cuanto me vio.
La chica estaba buenísima y no hacía más que tirarme fichas. Me dijo lo de "he perdido a mis amigas" y la acompañé a casa. Me dio su número, me dijo que se llamaba Laura y que tenía 23.
A la mañana siguiente me había mandado un petición a Instagram. Me hizo mucha gracia, tenia puesto en biografía su año de nacimiento y en realidad tiene 18 añitos. Aunque es demasiado pequeña me pareció una buena chica, no sé, alomejor le mando un whatsapp, o no, ya veré.

#1 Recuerdos de lo no vivido.

Móvil, cartera, tabaco y llaves. Ya tenía todo en el bolso, así que cerré la puerta y me fui a buscar a Marta. Y nos fuimos de fiesta como cualquier sábado. Me puse el vestido amarillo porque es con el que más guapa me veía, pero esperaba que fuera una noche tranquila con los de siempre y ya.
No faltaron miradas de babosos para ninguna de mis amigas, ni piropos, los que algunas respondían con insultos y otras simplemente ignoraban. Nos quedamos en un bar bailando, bebiendo y fumando, entraron los novios de dos de mis amigas y se fueron con ellos. Ángela me presentó a un amigo suyo, guapo, pero un soplapollas. No hacía más que agarrarme de la cintura y me puso de los nervios. Un chico que estaba en la barra notó que estaba incomoda, me guiñó un ojo y yo resoplé y le sonreí. Se acercó y me dijo: "Hola cari, ¿qué tal estás?" y me dio un beso en la mejilla. Era un tío bastante grande, fuerte y muy atractivo. En cuanto le vio el amigo de Ángela darme el beso se esfumó.
Me reí y le dije que muchas gracias, que no conseguía librarme de él. Me pareció guapísimo, y nunca he sido tímida, así que intenté sacar conversación de cualquier cosa para ligar. Le vi bastante interesado en mí. Se llamaba Marco y me pasaba siete años. Le dije que yo tenía 23, que solo me pasaba 2 años, pero era mentira.
Estuvimos hablando bastante rato, tanto que no me dí cuenta de que mis amigas se habían ido. "He perdido a mis amigas", sonó a excusa barata para que me acompañara fuera, a dar esa típica vuelta que todos los chicos te sugieren en el bar y siempre se queda en el primer portal escondido que encuentran. Y eso pasó. Me acompañó fuera y "dimos una vuelta". Me pidió mi número y me acompañó a casa. Luego se fue.
Al día siguiente no paré de pensar en él. Me pareció un chaval simpático, gracioso, maduro... y sin hablar de que tenia un físico perfecto. No sé, me gustó más de lo que cualquier otro me había gustado antes. Pero ahí se había acabado todo. No creía que yo le hubiera gustado como él a mí, así que daba por sentado que no me iba a mandar ningún whatsapp, ni me iba a aceptar la solicitud de Instagram. Solo esperaba encontrármelo algún otro día y volver a hablar.