domingo, 9 de noviembre de 2014

Y le dejó.

Como si fuera un desconocido en la parada del autobús, o un mendigo, al que se ignora mientras pide para comer. Le dejó sin palabras, sin motivos, sin ganas. Sin explicaciones, sin excusas, sin arrepentimiento. Prefirió tristes tardes de invierno a una relación rota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario